Jésica Rodríguez, expareja del exministro José Luis Ábalos, no se presentó el lunes a la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado, donde se esperaba que respondiera a preguntas sobre los supuestos beneficios que habría recibido de la trama de Víctor de Aldama. Entre estos beneficios se mencionan una vivienda gratuita en el centro de Madrid y empleos en dos empresas públicas: INECO y Tragsatec.
El presidente de la comisión, Eloy Suárez Lamata, del Partido Popular, informó que Rodríguez había comunicado su ausencia minutos antes de su comparecencia, alegando problemas de salud. Para justificar su falta, presentó una serie de documentos que, según Suárez, serán analizados por la mesa de la comisión.
La situación se tornó tensa cuando los portavoces de la oposición expresaron su descontento por la ausencia de Rodríguez. Suárez Lamata, en respuesta a las quejas, mencionó un «acto muy desagradable» que ocurrió durante la última comparecencia, donde un acompañante de uno de los citados amenazó a una senadora. Para evitar incidentes similares en el futuro, se decidió que los intervinientes saldrían de la sala antes que los senadores.
El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, entregado al Tribunal Supremo, sugiere que Isabel Pardo de Vera, quien fue presidenta de ADIF, tuvo una intervención directa en la contratación de Jésica Rodríguez en INECO, cuando esta mantenía una relación con el entonces ministro de Transportes.
Un mensaje interceptado en el teléfono de Koldo García, fechado el 11 de febrero de 2019, revela que García se dirigía a Pardo de Vera para solicitar que se iniciaran los trámites de contratación de su hermano, quien trabajaba en la misma empresa pública. En el mensaje, García expresa su preocupación de que, si no se actuaba rápidamente, podría enfrentar problemas personales.
Además, en una grabación interceptada por la UCO, Rodríguez se queja de la falta de comunicación de su supuesto superior, mencionando que no tenía idea de lo que debía hacer en la empresa. «Yo no tengo ni puta idea de lo que se hace o no se hace allí o si puedo decir que voy o si digo que no», lamentaba Rodríguez, lo que pone de manifiesto su confusión sobre su rol en INECO.
La ausencia de Jésica Rodríguez ha suscitado un debate sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el contexto de la investigación del caso Koldo, que ha captado la atención de la opinión pública y de los medios de comunicación. La situación plantea interrogantes sobre la implicación de figuras políticas en la contratación de personal en empresas públicas y la posible corrupción en el manejo de recursos públicos.
La comisión de investigación continúa su labor, y la falta de comparecencia de Rodríguez podría tener repercusiones en el desarrollo de las indagaciones. Los miembros de la oposición han manifestado su intención de seguir presionando para que se esclarezcan los hechos y se tomen las medidas necesarias para garantizar la transparencia en el proceso.
A medida que avanza la investigación, se espera que surjan más detalles sobre el caso y las conexiones entre los implicados, lo que podría llevar a un mayor escrutinio de las prácticas en el ámbito político y administrativo. La situación de Jésica Rodríguez es solo una parte de un rompecabezas más grande que involucra a varios actores y que podría tener implicaciones significativas en el futuro político del país.