En un taller ubicado en Arteixo, A Coruña, se está gestando la magia de la Navidad. Este espacio, lleno de herramientas, madera y creatividad, es donde Carlos Vélez y su equipo dan vida a las carrozas que deslumbrarán a los niños en las cabalgatas del próximo 5 de enero. Carlos, un diseñador y carpintero autodidacta originario de Barcelona, ha tomado las riendas del diseño de estas carrozas por segundo año consecutivo. Su objetivo es claro: elevar el nivel de las creaciones y sorprender a los más pequeños con un espectáculo visual impresionante.
La cabalgata de A Coruña de este año tiene como tema la Navidad y los astros, incorporando elementos como telescopios gigantes, eclipses solares y meteoritos. Carlos ha trabajado arduamente en los diseños, y ahora se encuentra en la fase de construcción. «Ya tengo todo diseñado. Ahora toca hacerlo realidad», comenta con una sonrisa que refleja su entusiasmo por el proyecto.
La empresa Axiña, con más de 25 años de experiencia en la gestión de ocio y eventos, es la encargada de llevar a cabo estas creaciones. Antonio Yáñez, el gerente de Axiña, destaca que su empresa se ha convertido en un referente en el ámbito de las cabalgatas gallegas. «Este año estaremos en A Laracha, Sada, A Coruña y Bergondo. Llevamos más de dos décadas recorriendo la comarca», explica.
La preparación para las cabalgatas comienza cada otoño, y detrás de cada carroza hay una maquinaria compleja que asegura que todo esté listo para la gran noche. Carlos llegó a este mundo casi por casualidad. Con un pasado en diseño gráfico y de interiores, comenzó construyendo muebles y, poco a poco, se fue especializando en la creación de objetos únicos. En su taller, trabaja junto a un equipo de seis personas, que incluye carpinteros, pintores y herreros. «Hacemos un buen equipo», dice Vélez, refiriéndose a la colaboración que existe entre ellos.
La evolución del diseño de carrozas ha sido notable en los últimos años. Antonio Yáñez menciona que el sector se ha profesionalizado, y aunque se busca mantener la magia de la Navidad, también se incorpora un toque moderno. La seguridad es un aspecto crucial en este proceso, ya que cada carroza puede transportar hasta una tonelada de caramelos y una docena de niños. Por ello, cada carroza pasa por una inspección técnica, similar a una ITV, realizada por técnicos de los ayuntamientos. «Preferimos sacrificar un poco la vistosidad antes que el control», afirma Antonio.
El costo de cada carroza es significativo; el precio base es de al menos 6.000 euros, pero las carrozas patrocinadas por empresas pueden superar los 50.000 euros. Los ayuntamientos suelen trabajar con presupuestos cerrados, mientras que los patrocinadores se ajustan al diseño que se les presenta. Uno de los orgullos de Carlos es el tren que diseñaron para Abanca, un proyecto que requirió hasta 150 horas de trabajo.
La satisfacción de ver la alegría en los rostros de los niños es el mayor deseo de Antonio Yáñez. «Cuando los niños llegan a la carroza y la ven con el rey, es una maravilla. Y con eso ya es nuestro deseo: seguir haciendo felices a los niños», concluye.
La magia de la Navidad en A Coruña no solo se trata de luces y caramelos, sino de un esfuerzo colectivo que busca crear momentos inolvidables para las familias. Cada año, el taller de Carlos Vélez se convierte en el corazón de esta celebración, donde la creatividad y la dedicación se unen para dar vida a los sueños de los más pequeños. La cabalgata no es solo un desfile; es una experiencia que conecta a la comunidad y celebra la alegría de la infancia, recordando a todos que, a pesar de los desafíos, la magia siempre encuentra una manera de brillar.
