La Comunidad de Madrid ha tomado la decisión de rechazar entre 31 y 37 de los 124 expedientes de acogida de menores migrantes enviados desde Canarias. Esta medida se ha justificado por la detección de que muchos de estos jóvenes ya no son menores de edad o tienen un arraigo en España, lo que complica su traslado y acogida en la región. La situación ha generado un debate sobre la gestión de los menores no acompañados y la responsabilidad de las comunidades autónomas en este proceso.
La problemática de los menores migrantes no es nueva, pero ha cobrado relevancia en los últimos años debido a la crisis migratoria que afecta a Canarias. El Tribunal Supremo de España, en marzo de 2025, exigió al Gobierno que asumiera la custodia de los menores solicitantes de asilo, lo que ha llevado a un incremento en el número de expedientes que deben ser gestionados por las comunidades autónomas. En este contexto, Madrid ha denunciado la llegada de expedientes que deberían haber sido acogidos por otras regiones, lo que ha generado confusión y complicaciones en los traslados.
### La Situación de los Menores Migrantes en Madrid
La Consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid ha informado que muchos de los jóvenes rechazados son ya mayores de edad o tienen un arraigo en su lugar de origen, como Ceuta o Canarias. Esto significa que algunos de ellos ya cuentan con familia en España o han logrado establecerse laboralmente. La consejería ha señalado que el caos en los traslados es tal que, en algunos casos, han recibido expedientes de jóvenes que debían ser acogidos por otras comunidades, lo que ha complicado aún más la situación.
Desde el inicio de este año, Madrid ha atendido a aproximadamente 1.500 jóvenes migrantes, pero la situación se ha vuelto insostenible. La comunidad se encuentra al 130% de sobreocupación en sus plazas de acogida, con picos que han superado el 150%. Esto ha llevado a que la región solicite la reunificación familiar de 56 menores migrantes que han presentado problemas de integración, debido a su cercanía a la mayoría de edad y a conductas problemáticas.
La falta de recursos y la presión sobre el sistema de acogida han llevado a que Madrid exija al Gobierno central una mejor gestión de los traslados y una mayor coordinación entre las comunidades autónomas. La situación se complica aún más por el hecho de que muchos de estos jóvenes presentan problemas de adaptación, derivados de un alto consumo de drogas y problemas psicológicos, lo que hace que su integración en la sociedad sea aún más difícil.
### La Respuesta del Gobierno y el Futuro de los Menores
El Gobierno ha propuesto crear 1.200 nuevas plazas para menores en Canarias, con el objetivo de evitar la reubicación de solicitantes de asilo en la península. Sin embargo, esta medida ha sido criticada por la Comunidad de Madrid, que considera que no es suficiente para abordar la crisis actual. La falta de una estrategia clara y coordinada ha llevado a que muchas comunidades autónomas se sientan desbordadas y sin los recursos necesarios para atender adecuadamente a los menores migrantes.
La situación de los menores migrantes en España es un reflejo de una crisis más amplia que afecta a Europa en su conjunto. La llegada de jóvenes no acompañados ha aumentado significativamente en los últimos años, y la falta de una política migratoria coherente ha llevado a que muchas comunidades autónomas se enfrenten a desafíos sin precedentes. La responsabilidad de la acogida de estos menores recae en las comunidades, pero la falta de recursos y la presión sobre los sistemas de bienestar social han llevado a que muchas de ellas se vean obligadas a rechazar expedientes de acogida.
La Comunidad de Madrid ha dejado claro que su rechazo a algunos de los expedientes no es un castigo para los jóvenes, sino una decisión basada en la realidad de la situación. La mayoría de estos jóvenes están a punto de cumplir la mayoría de edad, lo que complicará aún más su situación una vez que alcancen esa edad. La falta de una solución efectiva y la continua llegada de nuevos expedientes de acogida plantean serias preguntas sobre el futuro de estos menores y la capacidad del sistema para integrarlos adecuadamente en la sociedad española.