La política española ha entrado en una fase de intensa rivalidad, donde la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez se centra en debilitar al Partido Popular (PP) en las comunidades autónomas. Esta táctica, que se podría calificar de insólita en la democracia, implica que la oposición en los territorios se dirija desde la Presidencia del Gobierno, lo que ha generado un ambiente de confrontación y competencia sin precedentes.
Uno de los elementos clave de esta estrategia es la reciente aparición de cuatro ministros del Gobierno en una rueda de prensa, donde se presentaron como candidatos en sus respectivas comunidades autónomas. Esta imagen, lejos de ser casual, forma parte de un plan más amplio para socavar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP, al confrontar a sus barones regionales en lugar de enfrentarse directamente a él. La idea es crear una percepción de mala gestión del PP en las comunidades que gobierna, aprovechando las debilidades y contradicciones del propio Feijóo.
### La Estrategia de Desgaste del Gobierno
El Gobierno de Sánchez ha aprendido de las elecciones autonómicas y generales de 2023, donde el PSOE sufrió una significativa pérdida de poder territorial. En respuesta, ha decidido controlar y dirigir la oposición territorial desde la Moncloa, utilizando a sus ministros como figuras clave en esta estrategia. Esto no solo busca debilitar al PP, sino también desviar la atención de la gestión del Gobierno central, convirtiendo las elecciones autonómicas en un referéndum sobre la administración de Sánchez.
Un ejemplo reciente de esta táctica es la crisis de los cribados de cáncer de mama en Andalucía, que ha sido utilizada para criticar la gestión de Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía. A menos de un año de las elecciones andaluzas, el PSOE ha encontrado una grieta en la gestión de Moreno, buscando extender la crítica a la sanidad andaluza en su conjunto. Este enfoque no solo busca desgastar al PP, sino también posicionar al PSOE como una alternativa viable en la comunidad.
En otras comunidades, como Castilla y León, el Gobierno ha aprovechado la gestión de los incendios forestales para atacar a Alfonso Fernández Mañueco, mientras que en Galicia, la estrategia ha sido menos efectiva. La situación en Madrid es más compleja, ya que la presidenta Isabel Díaz Ayuso también busca fortalecer su posición al confrontar al Gobierno central, creando un ciclo de confrontación que beneficia a ambos lados.
### El Riesgo de la Polarización Política
La estrategia de Moncloa, que se asemeja a una ‘war room’, ha comenzado a dar frutos, pero también presenta riesgos significativos. Al centrar la atención en las comunidades autónomas, existe el peligro de que las elecciones se interpreten en clave nacional, lo que podría resultar en un aumento de la polarización política. Esto podría beneficiar a partidos como Vox, que se presentan como una alternativa al PP y al PSOE, captando a votantes descontentos con ambos.
Además, el hecho de que el PSOE esté utilizando a sus ministros como candidatos en las comunidades puede generar tensiones internas y divisiones dentro del propio partido. La falta de una estrategia clara en algunas comunidades, como Aragón, donde no se ha encontrado una grieta para atacar al presidente Jorge Azcón, pone de manifiesto las limitaciones de esta táctica.
La preocupación del PSOE por la situación en Extremadura, donde su candidato está bajo investigación, añade otra capa de complejidad a esta estrategia. La incapacidad de sustituir a un candidato comprometido por un escándalo puede limitar las opciones del partido en una comunidad donde la competencia es feroz.
En resumen, la estrategia de Moncloa para debilitar al PP en las comunidades autónomas es un juego de poder arriesgado que podría tener consecuencias significativas para el panorama político español. A medida que se acercan las elecciones, la capacidad del Gobierno para mantener el control de la narrativa y evitar que la polarización se convierta en un obstáculo será crucial para su éxito.