La situación política en Perú ha dado un giro inesperado con la destitución de Dina Boluarte, quien fue presidenta del país durante un periodo marcado por la inestabilidad y la violencia. El Congreso peruano, en una votación histórica, aprobó su cese por 123 votos a favor de un total de 130, argumentando su incapacidad moral permanente para enfrentar la creciente ola de inseguridad y el crimen organizado que ha azotado a la nación. Este acontecimiento se produce a solo seis meses de las elecciones generales programadas para abril de 2026, lo que añade un nivel adicional de incertidumbre a la ya tensa atmósfera política del país.
La decisión del Congreso fue impulsada por una serie de mociones de destitución que se presentaron de manera repentina, lo que dejó a Boluarte sin el apoyo que había mantenido durante su mandato. La mandataria, quien asumió la presidencia en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, se encontró sola en el hemiciclo, sin la posibilidad de defender su gestión. A pesar de que su abogado había argumentado que el proceso carecía de garantías constitucionales, Boluarte decidió no presentarse ante el Congreso, lo que facilitó su destitución.
### La Inseguridad y el Crimen Organizado
Uno de los principales factores que llevaron a la destitución de Boluarte fue la creciente inseguridad en Perú, que ha alcanzado niveles alarmantes. En los últimos meses, el país ha sido testigo de un aumento en la violencia, incluyendo tiroteos en lugares públicos y un auge del crimen organizado. Este contexto de inseguridad ha generado un clima de desconfianza entre la población, que ha exigido respuestas efectivas del gobierno.
El último episodio que marcó la gestión de Boluarte fue un tiroteo ocurrido durante un concierto en el sur de Lima, un evento que dejó a muchos ciudadanos preocupados por su seguridad. La incapacidad del gobierno para abordar estos problemas de manera efectiva fue uno de los argumentos más contundentes utilizados por los opositores en el Congreso para justificar su destitución. La falta de una estrategia clara para combatir la delincuencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos se convirtió en un punto crítico que Boluarte no pudo superar.
La situación se complicó aún más por la falta de apoyo de los partidos políticos que anteriormente respaldaban su gobierno. Varios de estos partidos, que habían sido aliados en el pasado, comenzaron a distanciarse de Boluarte, lo que dejó a su administración sin una base sólida de apoyo en el Congreso. Este cambio de lealtades políticas fue fundamental en el proceso de destitución, ya que los mismos partidos que la habían apoyado comenzaron a ver en su salida una oportunidad para posicionarse en el futuro político del país.
### El Futuro Político de Perú
Con la destitución de Boluarte, el presidente del Congreso, José Jer, asume el cargo de presidente interino. Este cambio en la administración plantea interrogantes sobre el futuro político de Perú, especialmente con las elecciones generales a la vista. La inestabilidad política y la falta de confianza en las instituciones han llevado a muchos ciudadanos a cuestionar el rumbo del país.
La salida de Boluarte también marca un hito en la historia política de Perú, ya que se convierte en la primera mujer en ocupar la presidencia y, al mismo tiempo, en la presidenta más impopular de la región, con una aprobación de solo el 3%. Este dato refleja el descontento generalizado de la población, que ha visto cómo su gobierno no ha logrado satisfacer las expectativas en un contexto de crisis.
Los partidos políticos que han promovido su destitución ahora se enfrentan al desafío de presentar una alternativa viable para el liderazgo del país. Con la proximidad de las elecciones, la presión para encontrar un candidato que pueda restaurar la confianza de los ciudadanos es más urgente que nunca. La fragmentación política y la falta de consenso entre las fuerzas políticas podrían complicar aún más el panorama electoral.
La situación en Perú es un recordatorio de la fragilidad de las democracias en América Latina, donde los cambios de gobierno pueden ocurrir de manera abrupta y con consecuencias impredecibles. La destitución de Dina Boluarte no solo marca el fin de su mandato, sino que también abre un nuevo capítulo en la historia política del país, donde la búsqueda de estabilidad y seguridad se convierte en una prioridad para los ciudadanos.