La historia de Orlinda Marín, una mujer de 60 años diagnosticada con demencia, ha capturado la atención de muchos tras su desaparición en el aeropuerto de Madrid el 22 de junio. Su hija, Alexandra, quien está embarazada de cinco meses, ha estado buscando a su madre desde entonces, enfrentándose a un angustiante proceso que ha incluido amenazas de extorsión. Este caso no solo resalta la vulnerabilidad de las personas con enfermedades mentales, sino también la crueldad de aquellos que se aprovechan de situaciones desesperadas.
La desaparición de Orlinda ocurrió cuando ella y su padre, un octogenario, viajaron desde Colombia a España para visitar a sus hijas, Alexandra y Estefanía, quienes residen en Ibiza. Tras pasar dos semanas en familia, Orlinda y su padre volaron a Madrid para tomar su vuelo de regreso a casa. Sin embargo, en un momento de desorientación, Orlinda se separó de su padre y, desde entonces, su rastro se perdió. Las cámaras de seguridad del aeropuerto la grabaron caminando sin rumbo, lo que llevó a sus hijos a presentar una denuncia ante la Policía Nacional.
### La Búsqueda y la Extorsión
La búsqueda de Orlinda ha sido un proceso desgastante. Sus hijos, Alexandra, Estefanía y Juan David, han recorrido las calles de Madrid, distribuyendo fotos de su madre y pidiendo ayuda a la comunidad. Sin embargo, la situación se tornó aún más angustiante cuando Alexandra recibió una llamada el 25 de julio de un hombre que afirmaba tener a su madre. La llamada, que comenzó con la promesa de una «prueba de vida», rápidamente se convirtió en una amenaza de extorsión. El hombre exigió 3.000 euros a cambio de la vida de Orlinda, lo que sumó un nuevo nivel de desesperación a la ya angustiante situación.
Alexandra, aunque inicialmente sospechó que se trataba de un estafador, se sintió obligada a responder a la amenaza. La desesperación por encontrar a su madre la llevó a solicitar una prueba de que Orlinda estaba viva. En las siguientes llamadas, el extorsionador continuó presionando a Alexandra, incluso describiendo de manera gráfica el sufrimiento que su madre podría estar enfrentando. A pesar de la angustia, Alexandra tuvo la presencia de ánimo para contactar a la Policía Nacional, quienes le aconsejaron interponer una denuncia y bloquear el número del extorsionador.
La Policía ha comenzado a investigar el origen de las llamadas, que se rastrearon hasta un número en Colombia. Este descubrimiento ha llevado a las autoridades a estar más cerca de identificar a los responsables de esta cruel extorsión, que no solo ha causado un dolor emocional profundo a la familia, sino que también ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las personas en situaciones críticas.
### El Impacto en la Familia
La familia de Orlinda ha estado lidiando con el impacto emocional de su desaparición y la extorsión que ha seguido. Estefanía, una de las hijas, ha expresado su indignación y dolor ante la situación. «Hay gente que no tiene alma. Estamos toda una familia sufriendo el peor momento de nuestras vidas. Nunca pensamos que algo así podría ser utilizado por unos delincuentes para tratar de ganar dinero», comentó. La familia, que se describe a sí misma como humilde, ha estado luchando no solo por encontrar a Orlinda, sino también por mantener la esperanza en medio de la desesperación.
La situación se complica aún más por la condición de demencia de Orlinda, que ha estado presente durante seis años. Sus hijos han explicado que, aunque su madre alterna momentos de lucidez con despistes, su desaparición ha sido un golpe devastador para todos. Juan David, el hijo menor, viajó desde Colombia tras la desaparición de su madre y ha estado buscando incansablemente, incluso durmiendo en un coche de alquiler mientras recorría las calles de Madrid.
La angustia de la familia se ve reflejada en las palabras de Juan David, quien ha expresado su deseo de recuperar a su madre: «Si solo puedo pedir una cosa más en mi vida, pido que me devuelvan a mi mamá». Este clamor resuena no solo en el corazón de la familia, sino también en la comunidad que ha estado siguiendo su historia.
La desaparición de Orlinda Marín y la posterior extorsión que sufrió su familia es un recordatorio de las realidades desgarradoras que enfrentan muchas familias en situaciones similares. La combinación de la vulnerabilidad de las personas con enfermedades mentales y la maldad de aquellos que buscan aprovecharse de su sufrimiento es una problemática que requiere atención y acción. La Policía Nacional continúa su investigación, y la familia sigue esperando que se produzca un desenlace positivo en esta angustiante historia.