La situación de los menores migrantes en España ha generado un intenso debate político y social en los últimos meses. En particular, las comunidades autónomas de Canarias y Euskadi han tomado la iniciativa para solicitar un reparto extraordinario de estos menores, buscando aliviar la presión que enfrentan debido a la llegada constante de migrantes. Sin embargo, el Gobierno central ha mostrado reticencias a esta propuesta, lo que ha llevado a un estancamiento en la toma de decisiones y a un clima de incertidumbre.
**La Propuesta de Reparto de Menores Migrantes**
La propuesta de Canarias y Euskadi se basa en la necesidad urgente de redistribuir a los menores migrantes que llegan a las costas españolas, especialmente a las islas. Desde la celebración de la Conferencia de Presidentes, donde se discutió este tema, han pasado tres semanas sin que el Gobierno de España haya dado una respuesta clara. Ante esta falta de acción, los presidentes de ambas comunidades han decidido actuar por su cuenta, enviando cartas a otras comunidades autónomas para buscar apoyo en su propuesta de reparto.
Fernando Clavijo, presidente de Canarias, y Imanol Pradales, lehendakari de Euskadi, han expresado su deseo de que esta medida se implemente en un plazo no superior a tres meses. Para ello, plantean la posibilidad de utilizar un real decreto ley que permita llevar a cabo esta redistribución de manera rápida y efectiva. Sin embargo, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha manifestado sus dudas sobre la viabilidad de esta propuesta, señalando que podría cambiar significativamente lo que se había negociado previamente en relación con la reforma del artículo 35 de la ley de extranjería.
La ley de extranjería ha sido un tema candente en la política española, y su reforma ha estado en el centro de las negociaciones entre el Gobierno y varios partidos políticos. Torres ha indicado que la competencia en materia de menores es de las comunidades autónomas, lo que complica aún más la situación. Además, ha solicitado informes sobre la viabilidad de la propuesta de reparto, lo que sugiere que el Gobierno central no está dispuesto a aceptar la iniciativa sin un análisis exhaustivo.
**La Resistencia de las Comunidades Autónomas**
El rechazo de algunas comunidades autónomas a acoger a menores migrantes ha sido un factor determinante en la crisis actual. A pesar de que se había acordado un reparto voluntario de menores en la Conferencia Sectorial de Infancia, muchas regiones, como Baleares, Cantabria, Valencia, Murcia y La Rioja, no han acogido a ningún menor en los últimos tres años. Esto ha llevado a un aumento de la presión sobre comunidades como Canarias, que actualmente alberga a más de 5,800 niños y niñas migrantes.
La situación se complica aún más por la falta de consenso entre los partidos políticos. El PSOE ha acusado al PP de no estar dispuesto a llegar a acuerdos sobre el reparto de menores, mientras que el PP ha criticado al Gobierno por no tener una política migratoria clara. Esta falta de colaboración entre los partidos ha llevado a un estancamiento en la toma de decisiones y ha dejado a las comunidades autónomas en una posición difícil.
Por otro lado, el Gobierno central también está buscando alternativas para negociar con Junts, un partido que ha bloqueado la reforma de la ley de extranjería en el Congreso. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha indicado que se puede avanzar en un acuerdo con Junts, lo que podría facilitar la aprobación de la reforma en el Congreso. Sin embargo, esto dependerá de la voluntad de las comunidades autónomas de colaborar en el reparto de menores migrantes.
La situación de los menores migrantes en España es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta el país en materia de inmigración y políticas sociales. La falta de un enfoque coordinado y la resistencia de algunas comunidades a asumir su parte de responsabilidad han llevado a una crisis que requiere atención urgente. La presión sobre Canarias y Euskadi, que son las comunidades más afectadas, continúa creciendo, y la necesidad de una solución efectiva se vuelve cada vez más apremiante.