Eran Riklis, un cineasta israelí conocido por su trabajo en películas como ‘Los limoneros’, regresa con una adaptación de la novela ‘Leer Lolita en Teherán’, escrita por Azar Nafisi. Esta obra, que se centra en la vida de un grupo de mujeres iraníes bajo el régimen de los Ayatolás, se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad y los derechos de las mujeres en Irán. A través de su película, Riklis busca no solo contar una historia conmovedora, sino también reflejar la realidad actual de las mujeres en Irán, que sigue siendo crítica tras las protestas de 2022 por la muerte de Mahsa Amini.
**La adaptación de una historia real**
La adaptación de una novela autobiográfica conlleva una responsabilidad especial, y Riklis lo sabe bien. En una reciente entrevista, el director compartió su experiencia al abordar esta historia. «Leí la novela hace muchos años y sentí que era un material poderoso, que trataba sobre mujeres y una situación política compleja. Sabía que no sería fácil para un israelí, pero decidí que debía hacerlo», comentó Riklis. La decisión de contar con un elenco de actores iraníes exiliados fue fundamental para él, ya que estos actores aportan una autenticidad y comprensión que enriquecen la narrativa.
La película se desarrolla en un contexto donde las mujeres se reúnen clandestinamente para leer obras prohibidas de autores como Nabokov y Austen. A través de estas lecturas, las protagonistas encuentran un refugio de libertad en medio de la opresión. Riklis utiliza imágenes históricas de la Revolución iraní, tomadas por el fotógrafo David Burnett, para dar un contexto visual a la historia, lo que permite al público entender mejor la gravedad de la situación.
**El arte como vehículo de cambio**
Riklis también reflexiona sobre el papel del arte en la sociedad. En su opinión, el cine y la literatura tienen un impacto duradero en la forma en que las personas ven el mundo. «Incluso si ves una película mientras comes palomitas, algo se queda contigo», afirma. Esta idea de que el arte puede provocar una reconsideración de las creencias y perspectivas es central en su trabajo. La frase de la película que dice: «Si pierdes la fe en el futuro, no sobrevivirás», resuena profundamente en el contexto actual, donde la lucha por los derechos de las mujeres sigue siendo relevante.
El director también menciona que, aunque la historia se centra en mujeres iraníes de los años 80, su mensaje es universal. «Cada país puede ver esta historia como algo ajeno o como un reflejo de su propia realidad», explica. Esta capacidad de resonar con diferentes audiencias es lo que hace que la película sea tan poderosa y necesaria en el clima político actual.
Riklis se muestra optimista sobre la recepción de su película en Israel, a pesar de la complejidad de las relaciones entre israelíes e iraníes. «Creo que la gente irá a verla si escucha que es buena. No dirán: ‘Es sobre iraníes, no nos importa'», comenta. Esta apertura al diálogo y la comprensión es esencial en un mundo donde las divisiones culturales y políticas son cada vez más evidentes.
La obra de Riklis no solo busca entretener, sino también educar y provocar una reflexión crítica sobre la situación de las mujeres en Irán y en otras partes del mundo. Al final, su trabajo es un llamado a la empatía y a la acción, recordando que el arte tiene el poder de cambiar percepciones y, potencialmente, vidas.