La campaña de excavaciones de este año en el yacimiento de Atapuerca, ubicado en la provincia de Burgos, ha traído consigo hallazgos sorprendentes que arrojan luz sobre las prácticas de canibalismo en la especie Homo Antecessor. Este descubrimiento se centra en los restos de un niño de entre dos y cuatro años, que presentan marcas de corte que sugieren que su cuerpo fue desmembrado para aprovechar la médula ósea. Este hallazgo no solo es impactante por su naturaleza, sino que también proporciona una visión más profunda sobre las costumbres y modos de vida de nuestros ancestros.
El equipo de investigación, liderado por la codirectora Marina Mosquera, presentó estos hallazgos en un balance de la campaña de verano, donde se destacó la importancia de los restos encontrados. La vertebra cervical del niño, junto con otros fósiles, muestra evidencias de prácticas caníbales que ya habían sido documentadas en el nivel TD6 de Gran Dolina. Las marcas de corte y los impactos de percusión en los huesos indican que estos fueron manipulados con el fin de extraer la médula, un recurso nutritivo valioso en épocas de escasez.
Durante el último mes, más de 300 investigadores han trabajado en diversos yacimientos de Atapuerca, incluyendo la Sima del Elefante y la Cueva del Mirador. Este esfuerzo colectivo ha permitido no solo la recuperación de restos humanos, sino también de herramientas de piedra y otros artefactos que ayudan a reconstruir el contexto de vida de estas comunidades prehistóricas. Entre los hallazgos más destacados se encuentran dos dientes que pertenecen a un nuevo individuo adulto joven, así como tres nuevas vértebras y fragmentos de huesos de extremidades, lo que sugiere una rica diversidad en la población de Homo Antecessor.
Los yacimientos de Atapuerca son considerados un verdadero santuario de la prehistoria, donde cada excavación ofrece nuevas sorpresas y conocimientos sobre la evolución humana. La campaña de 2025 ha sido calificada como muy positiva, y se espera que los hallazgos continúen enriqueciendo nuestra comprensión de la historia humana. La acumulación de 200 fósiles humanos en el nivel TD6 es un indicativo de la importancia de este sitio para la investigación arqueológica.
El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, también destacó la relevancia de estos descubrimientos y la transición en la dirección del proyecto, con la incorporación de seis nuevos codirectores. Este cambio ha sido recibido con optimismo, y se ha enfatizado la continuidad del apoyo por parte de la Junta de Castilla y León, que ha incrementado su inversión en las excavaciones a 190,000 euros para el año 2025. Esta inversión es un reflejo del compromiso de las autoridades con la preservación y difusión del patrimonio arqueológico de la región.
La historia de Atapuerca no solo se limita a los hallazgos de canibalismo, sino que también incluye una rica variedad de restos de fauna, como ciervos y caballos, que ofrecen una visión del entorno en el que vivieron nuestros ancestros. En excavaciones anteriores, se han encontrado herramientas de piedra que indican la capacidad de estas comunidades para adaptarse y sobrevivir en un entorno hostil. La combinación de estos elementos permite a los investigadores trazar un panorama más completo de la vida en la prehistoria, donde la lucha por la supervivencia era una constante.
El canibalismo, aunque impactante, no es un fenómeno aislado en la historia de la humanidad. Existen evidencias de prácticas similares en diversas culturas a lo largo del tiempo, lo que plantea preguntas sobre las circunstancias que llevaron a estas comunidades a recurrir a tales extremos. En el caso del Homo Antecessor, el análisis de los restos y las herramientas encontradas puede ofrecer pistas sobre las condiciones sociales y ambientales que pudieron influir en estas prácticas.
A medida que continúan las excavaciones en Atapuerca, la comunidad científica espera descubrir más sobre la vida y las costumbres de los Homo Antecessor. Cada nuevo hallazgo no solo enriquece el conocimiento sobre la evolución humana, sino que también plantea nuevas preguntas sobre nuestra propia naturaleza y la historia que compartimos como especie. La investigación en Atapuerca es un recordatorio de que la historia de la humanidad es compleja y multifacética, y que cada descubrimiento nos acerca un paso más a entender quiénes somos y de dónde venimos.